domingo, 30 de mayo de 2010

NADA DE TURBE


NADA DE TURBE

Nada turbe,
Nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda;
la paciencia
todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta:
Sólo Dios basta.

Eleva tu pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
nada te turbe.

A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga,
nada te espante.

¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana;
nada tiene de estable,
todo se pasa.

Aspira a lo celeste,
que siempre dura;
»





obra:Andando andando,que la virgen..
(detalle de la obra)
mas adelante mostrare la obra,en este momento la tengo cuidando de algunas ..
fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.

Ámala cual merece
bondad inmensa;
pero no hay amor fino
sin la paciencia.

Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
todo lo alcanza.

Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
quien a Dios tiene.

Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios tu tesoro
nada te falta.

Id, pues, bienes del mundo;
id dichas vanas;
aunque todo lo pierda,
sólo Dios basta.

SANTA TERESA DE ÁVILA
(1515-1582)Poesías religiosa

viernes, 28 de mayo de 2010

“Mis padres me enseñaron a dar sin esperar a recibir algo a cambio”

Hace mucho tiempo un humilde muchacho que vendía mercancías de puerta en puerta para pagar sus estudios, encontró que sólo le quedaba una simple moneda de 1 centavo, y tenía mucha hambre, así que tomo la decisión de en la próxima casa pedir algo de comida. Sin embargo, al tocar la puerta de la casa, le abrió una encantadora y hermosa mujer, él se sintió avergonzado y en vez de pedirle comida le pidió un vaso de agua. Ella pensó que el joven aparecía hambriento así que le trajo un gran vaso de leche. El lo bebió despacio, y entonces le preguntó por cortesía, Cuánto le debo señorita? No me debes nada contestó ella. “Mis padres me enseñaron a dar sin esperar a recibir algo a cambio”. El joven muy contento, le dió las gracias y se marchó.

Cuando Howard Kelly se fue de la casa, no sólo se sintió físicamente más fuerte, sino que también su fe en Dios y en los hombres era más fuerte. El había estado listo a rendirse y dejar todo. Años después esa joven mujer enfermó gravemente. Ningún doctor podía dar con el mal que la acechaba así que la mandaron por urgencias para la gran ciudad. Se llamó al Dr.Howard Kelly para consultarle. Cuando oyó el nombre del pueblo de donde ella vino, una extraña luz llenó sus ojos. Inmediatamente subió del vestíbulo del hospital a su cuarto. Vestido con su bata de doctor entró a verla. La reconoció enseguida. Regresó al cuarto de observación determinado a hacer lo mejor para salvar su vida. Desde ese día prestó atención especial al caso. Después de una larga lucha, ganó la batalla. El Dr. Kelly pidió a la oficina de administración del hospital que le enviaran la factura total de los gastos para aprobarla. Él la revisó y entonces escribió algo en el borde y le envió la factura al cuarto de la paciente. Ella temía abrirla, porque sabía que le tomaría el resto de su vida para pagar todos los gastos. Finalmente la abrió, y algo llamo su atención:
En el borde de la factura leyó estas palabras….. “Pagado por completo hace muchos años con un vaso de leche - (firmado) Dr. Howard Kelly”. Lágrimas de alegría inundaron sus ojos y su feliz corazón oró así: “Gracias, Dios por que Tu amor se ha manifestado en las manos y los corazones humanos.”

Obra:Ni se te ocurra!
        Hubert Caño

martes, 25 de mayo de 2010

Me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.

Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos... 
Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida ?no tú ni yo? la vida, sea para siempre.

Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang... Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes.

A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho ?frente al
ataque de los antibióticos? ¡bacterias mutantes!

Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo y de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble.

Mueve una mano y hace el mar, y mueve la otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.Dicen que a veces se enfurece y hace
terremotos, y manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados,aguas alevosas, castigos y desastres.

Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia ?y se agita y crece? cuando Dios se aleja.
Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy.A mí me gusta, a mí me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.



Me Encanta Dios de Jaime Sabines
Foto:
Muestra individual Cartones Sagrados
de Hubert Caño
5 de marzo al 12 de abril. 2009
Sala Nuevas Tendencias

MAC | Museo Arte Contemporáneo de Puerto Rico

martes, 11 de mayo de 2010

Sólo en el arte

“El artista no es un privilegiado de la vida, no tiene derecho a vivir sin deberes, está obligado a un trabajo pesado que a veces se convierte en su cruz. Ha de saber que cualquiera de sus actos, sentimientos, pensamientos, constituyen el frágil , intocable, pero fuerte material de sus obras, y que, por lo tanto, no es libre en la vida, sino sólo en el arte”

Detalle de la obra:Retrato de mi madre

de Hubert Caño

domingo, 9 de mayo de 2010

La muñeca menor

La muñeca menor nos narra el cuento de una tía que en algún momento de su vida llegó a ser vanidosa, engreída y orgullosa, pero un día todo eso cambió mientras se bañaba en un río. Fue un día de lluvia en el cual el río se había elevado más de lo normal, y fue entonces cuando ella fue mordida por algo en la pantorrilla. La llevaron al doctor y este le dijo que no se preocupase, sin embargo los días pasarón y la herida no sanaba. Fue entonces cuando el doctor le dijo que una chágara (que es una especie de camarón), se le había introducido en la piel y por eso había comenzado a engordar. Debido a que la pierna engordo mucho, la tía se sumergió en su casa y se dedico a dos cosas que eran importantes para ella, sus sobrinas y sus muñecas. 

Al principio eran sólo muñecas comunes, con carne de guata de higüera y ojos de botones perdidos. Pero con el pasar del tiempo fue refinando su arte hasta ganarse el respeto y la reverencia de toda la familia.

Cuando las niñas fueron creciendo la tía se dedicó a hacerles muñecas para jugar. Al principio eran sólo muñecas comunes, con carne de guata de higüera y ojos de botones perdidos. Pero con el pasar del tiempo fue refinando su arte hasta ganarse el respeto y la reverencia de toda la familia. El nacimiento de una muñeca era siempre motivo de regocijo sagrado, lo cual explicaba el que jamás se les hubiese ocurrido vender una de ellas, ni siquiera cuando las niñas eran ya grandes y la familia comenzaba a pasar necesidad. La tía había ido agrandando el tamaño de las muñecas de manera que correspondieran a la estatura y a las medidas de cada una de las niñas. Como eran nueve y la tía hacía una muñeca de cada niña por año, hubo que separar una pieza de la casa para que la habitasen exclusivamente las muñecas. Cuando la mayor cumplió diez y ocho años había ciento veintiséis muñecas de todas las edades en la habitación. Al abrir la puerta, daba la sensación de entrar en un palomar, o en el cuarto de muñecas del palacio de las tzarinas, o en un almacén donde alguien había puesto a madurar una larga hilera de hojas de tabaco. Sin embargo, la tía no entraba en la habitación por ninguno de estos placeres, sino que echaba el pestillo a la puerta e iba levantando amorosamente cada una de las muñecas canturreándoles mientras las mecía: Así eras cuando tenías un año, así cuando tenías dos, así cuando tenías tres, reviviendo la vida de cada una de ellas por la dimensión del hueco que le dejaban entre los brazos.
LA MUÑECA MENOR

  Rosario Ferre

Obra: La andariega

de Hubert Caño

martes, 4 de mayo de 2010

Virgen de la leche

Palpé tu seno sin saber lo que contenían: la leche ausente de mi niñez. Hoy, lejos en el tiempo, derramas líquidos sobre mi frente como si fuera el niño que no soy. Me desvelas, lloro de deseo, grito en vano... Me pides silencio en la tormenta. Me guías con tus mantos, con tus ricas telas de terciopelo. Y aquí estoy sentado sobre tu falda amamantado por el misterio.

lunes, 3 de mayo de 2010

¡Tener la alegría y espontaneidad de un niño!

¡Tener la alegría y espontaneidad de un niño!
¡Aprender a perdonar y olvidar como un niño!
¡Tener la terquedad para conseguir lo que quiero,
como un niño!
Y por fin entendí aquella frase de Picasso: “A
los 10 años ya pintaba como uno de los grandes del Renacimiento…
¡pero tarde otros 50 para volver a pintar como un niño!”.
Entonces, ¿Cual es el sentido de la vida? Para
mí, es vivir permanentemente en el presente, disfrutando de todo,
obedeciendo a los impulsos de mi corazón… y haciendo lo que
me hace más feliz, en cada momento.

domingo, 2 de mayo de 2010

Duplica los panes que debes dar a tu madre.

Duplica los panes que debes dar a tu madre.
Llévala como te ha llevado.
Ha cargado muchas veces contigo,
Y no te ha dejado en el suelo.
Luego que te dio a luz tras tus meses,
Ha ofrecido su pecho a tu boca durante tres años, con paciencia
Te ha llevado a la escuela,
Y mientras te enseñaban a escribir,
Ella se sostenía durante tu ausencia, cada día, con el pan y la cerveza de su casa.
Ahora que estás en la flor de la edad, que has tomado mujer y que estás bien
establecido en tu casa, dirige los ojos a cómo se te dio a luz, a cómo fuiste
amamantado, como a obra de tu madre.
¡Qué no tenga que vituperarte,
ni levantar las manos a Dios!
¡Y qué Dios no tenga que oír su queja!

poema
egipcio