viernes, 30 de abril de 2010

SAN FRANCISCO DE ASÍS: EL CAMINO DE LA BELLEZA 800 años

Es fascinante descubrir que este ser seducido por la belleza de la creación, al grado de susurrarle al Creador: “tú eres la hermosura”, fue él mismo objeto de numerosas representaciones pictóricas. En el siglo XIII, Francisco fue, sin duda alguna, el santo más representado en Italia, tan sólo superado por las figuras de María y de Jesucristo. Francisco, nos confirma Klaus Krüger, “puso en movimiento la imaginación de sus contemporáneos como ninguna otra figura del Medioevo supo hacerlo”. De hecho, las tablas historiadas surgen por primera vez en la historia del arte en relación a Francisco y a la novedad y frescura de su propuesta evangélica. Francisco de Asís ha sido considerado, y no sin fundamento, como padre del Renacimiento y del sentido de la belleza. Resulta llamativo que él mismo tienda a compararse con una bella mujer cuyos hijos también son muy bellos.

La idea del franciscanismo como experiencia espiritual ligada al arte, a la música y a la literatura desde sus orígenes, debe extenderse con mayor razón al proceso de su inevitable institucionalidad y expansión. La historia de estos 800 años de andadura franciscana no puede escribirse al margen de la historia del arte. Debería ser, más bien, uno de los enfoques privilegiados. Una historia visual capaz de repasar la receptividad de un carisma y sus extraordinarias representaciones artísticas, pero más aún, capaz de asumir -y provocar incluso- el riesgo de las interpretaciones en nuestro hoy espacio-temporal. Que junto a los nombres de Giotto, Cimabue, Murillo, Zurbaran, Cigoli, Crespi o El Greco, sintamos la provocación de algunos de nuestros contemporáneos y amigos: Carlos Anzueta, Myrna Báez, Osiris Delgado, Hubert Caño, Elizam Escobar, Eddie Ferraioli, Martín García, Omar Felipe González, Consuelo Gotay, Franklin Graulau, Carlos Guzmán, Ivelisse Jiménez, Jochi Melero, Antonio Martorell, José Morales, Aixa Requena, Rafael Rivera Rosa, Noemí Ruiz, Nelson Sambolín, Carmelo Sobrino, Nelly Toledo, Rafael Trelles y Jorge Zeno. Esta es precisamente nuestra oferta en la Sala de las Artes de la Universidad del Sagrado Corazón.

Hemos buscado ser inclusivos dentro de los límites habituales de una exhibición temática y de las coordenadas temporales específicas de un aniversario. Hemos considerado el género, la representatividad generacional y la posibilidad de contar con expresiones artísticas realizadas en distintos medios, estilos y proporción: talla, pintura, dibujo, cerámica, mosaico, escultura, fotografía, manipulación digital, grabado, figurativo, abstracto, grande y pequeño formato. La inclusión y el gozo en la máxima diversidad es otra nota del espíritu franciscano. Para Francisco de Asís, la fraternidad perfecta sólo es aquella capaz de reconocer y celebrar los distintos talentos de los hermanos, que recibe su consistencia, más allá del ego separador, por la fuerza de un proyecto trascendental como lo es el reino de amor, de justicia y de paz proclamado por Jesucristo. La contemporaneidad, la contextualidad caribeña, la concentración temática en torno a una de las figuras cohesivas más universales de todos los tiempos, es lo que brinda unidad dentro la magia de la diferencia.

Este es el modo en que los hermanos franciscanos del Caribe hemos querido unirnos a esta celebración de carácter mundial: lanzando un puente de comunión entre el pasado y lo que podemos ser si nos contagiarnos mutuamente con la pregunta por el sentido en la exaltación de la belleza. Fieles a la visión integral de nuestros orígenes, esta explosión de creatividad compartida irá acompañada del compromiso de atender solidariamente el reclamo de los más pobres de nuestra sociedad caribeña. La magia del arte desemboca en modos inimaginables de entrega. La venta de algunas de las obras de esta exhibición servirá para crear el primer Fondo Social de la Custodia Franciscana del Caribe, que tiene como propósito apoyar los proyectos sociales que los franciscanos ya tienen en marcha en distintas zonas empobrecidas de nuestro Caribe.
Ángel Darío Carrero,  
ofm Custodio de los Franciscanos del Caribe
Obra:La admiracion de San Francisco

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