Espíritu muéveme a orar, cuando nada deseo ,de las cosas que me anclan en el mundo de los hombres. ¡Cuántas quisiera de maravillosas frases, para incitarte a escuchar, Señor, palabras mías! No te asombres si mi boca es más para callar, y si mi cara gris no sea tan clara, cual los hipérboreos que alimentas. Con tu aliento disipas las tormentas; entonces, Padre, escucha la oración dicha entre soñolientas lágrimas, y mantén tu compasión.
Obra:Retrato de mi madre.
mix/papel(2010)
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